Migración y territorio

El 24 y 25 de mayo en la Universidad Panamericana realizamos un taller sobre migración y territorio donde participaron grandes pensadores de México y Canadá. El evento es fruto de un proyecto de investigación que la universidad ha impulsado a lo largo de este año.

El primer día de conferencias inició con la participación de Arash Abizadeh, quien presentó su artículo “The Democratic Legitimacy of Border Coercion: Freedom of Association, Territorial Dominion, and Self-Defence”. Argumentó que, de acuerdo con la tesis de fronteras democráticas, el control de un Estado sobre sus fronteras es democráticamente legítimo, pero sólo si las leyes impuestas resultaron de un proceso político en el que hayan participado todos los que están en ese territorio (tanto ciudadanos como extranjeros). Para ser democráticamente legítimo, el poder coercitivo debe justificarse democráticamente ante todo los que son sujetos de esa ley, y tanto los ciudadanos como los extranjeros son sujetos de esta política de control fronterizo.

Moisés Vaca de la Universidad Autónoma de México expuso “A Defense of the Moral and Legal Right to Secede”, ponencia donde defendió que hay un derecho moral para la secesión y que este debería formar parte de la ley de cualquier nación. Presentó ciertas condiciones bajo las cuales una comunidad podría separarse del Estado al que pertenece, por ejemplo que haya violaciones a los derechos humanos, que sea una comunidad anexada al Estado de manera injusta, que falte el reconocimiento de la comunidad (por ser minoría o por otras razones), entre otras. Después enfrentó estas condiciones a los posibles argumentos en contra, por mencionar alguno, que la transición de la comunidad podría causar inestabilidad en el Estado del que procede. Vaca, sin embargo, rechaza este tipo de opiniones porque cree que aquella inestabilidad es necesaria si dicho grupo tiene razones legítimas para separarse, además dicho problema será momentáneo y traerá mayor justicia a la sociedad, tanto del Estado anfitrión como en la nueva nación.

Por su parte, Enrique Camacho (UNAM) expuso “The Two Main Political Questions of Immigration Controls”, un artículo donde se pregunta por la moral que sustenta a las instituciones fronterizas y si los países tienen una justificación para implementar controles migratorios. Según Camacho, en la política internacional debe haber pluralismo razonable y los países deben tener la capacidad para responder ante la escasez y la crisis de otras naciones. El problema, afirma él, es una cuestión de justicia global y no una decisión en la que cada nación considere de manera independiente sólo sus beneficios y sus razones para cerrar las fronteras; al contrario, dada la globalización e interdependencia de todas las naciones, una nación que desee poner controles fronterizos debería justificar ante las demás la legitimidad de imponer esos controles.

Luis Xavier López Farjeat y Alfonso Ganem, profesores de la Universidad Panameriana, participaron con el tema “Religion and Territory: A Philosophical Perspective on Islamic International Law (siyar)”. Partiendo de El libro de la política de al-Fᾱrᾱbῑ, un importante representante del racionalismo en la filosofía árabe, los investigadores trataron de mostrar una de las posturas que influye actualmente a la ley internacional islámica. Así pues, explicaron que los juristas de la época de al-Fᾱrᾱbῑ se preguntaban cómo proceder con quienes no eran musulmanes pero habitaban en territorio musulmán; muchas veces optaron por tolerar otras formas de culto, aunque esas comunidades debían seguir la ley establecida por el gobierno musulmán. Otra idea relevante estriba en la vigencia de la ley islámica: no se restringe al territorio donde rige el islam, sino que el musulmán está obligado a vivir la sharía (ley religiosa) además de las leyes del lugar donde vive. Por lo anterior, parece que al-Fᾱrᾱbῑ apostaba por una forma de gobierno neutral ante las creencias religiosas.

Margaret Moore, profesora en Universidad de Queens, cuestionó uno de los argumentos que defienden las fronteras abiertas, el cual surge con opinión generalizada de que los recursos del mundo son de propiedad común, y que las políticas migratorias restrictivas violan el derecho de los copropietarios de los recursos del mundo. Moore puso en entredicho la idea de la “propiedad común del mundo”, que ha sido propuesta (en diferentes versiones) por Hillel Steiner, Kieran Oberman y Mathias Risse, y sus implicaciones para la ética de la migración. La tesis de la propiedad común, defendió ella, es demasiado estrecha para expresar nuestra relación particular con el mundo externo, pues esta teoría no logra explicar las múltiples formas en que estamos relacionados con los recursos. Es necesario que esas diferentes maneras en las que nos relacionamos con el mundo inspiren una normativa para cualquier teoría de la justicia.

Christine Straehle, de la Universidad de Ottawa, presentó “Refuge, Claim and Place”. Straehle discutió la necesidad de contemplar el derecho de los individuos a soñar con un futuro y, más importante, en un lugar dónde podrían realizarse como personas. Criticó la idea de que los refugiados deben permanecer en el país a donde llegan en primer lugar y que no tienen el derecho de pedir asilo en un país donde encontrarían mayores oportunidades según sus aspiraciones de vida. Así pues, Straehle exige que se reconsidere el lazo entre lugar y preferencia, y también los deberes de los países más prósperos hacia refugiados fuera de su territorio.

Por último, Bernardo Bolaños (UAM), explicó que las muertes por desastres naturales causarán cada vez más migración y, por tanto, habría que pensar en una solución tanto a este movimiento masivo de individuos como al problema del cambio climático. En su ponencia “The genocide to come in the light of justice. Political philosophy and climate change” equiparó estos sucesos con el genocidio, pues la irresponsabilidad de los países que producen mayores niveles de CO2 causa desastres naturales que matan y dañan a millones, causando así emigrantes ambientales. Por ello, examinó diversas teorías de la justicia para determinar cómo responderían a este problema actual.

El taller terminó con una mesa panel con inmigrantes provenientes de Siria, Irán, Turquía, Cuba y Venezuela; ahí hablaron sobre sus experiencias en México y cómo les ha afectado el tener que abandonar su tierra por motivos de violencia e injusticia. Sus testimonios fueron sumamente emotivos y reconocimos la urgencia de que los mexicanos nos informemos más acerca del mundo y sobre la situación de migración en México, pues normalmente desconocemos ambos temas y esto causa mucha incomprensión para con los extranjeros. Fue el cierre perfecto: los testimonios ilustraron los problemas que plantearon los teóricos en sus conferencias y lograron una perspectiva basada en los hechos.

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